En una primera impresión, el lugar parecía muy exclusivo, algo así como una playa para gente vip. Y con esto me refiero a que las primeras personas con las que nos encontramos allí tenían avatars muy elaborados: los pelos, las skins, y los cuerpos eran de lo mejor que había visto en SL. Y con “mejor” quiero decir que casi casi parecían reales.
Sin embargo, pasado un rato, el lugar se fue poblando de gente y me di cuenta que aquello que había pensado estaba muy errado. Al lugar lo visitaban personas que recién ingresaban (quizás era su primer día). Cosa que nos encanto ya que nos sentíamos un poco incomoda cuando habíamos llegado.
La mezcla era graciosa a la vista y no se generaron grupos cerrados ni nada por estilo.
Había cada cuerpos que era para el infarto!! sobre todo cuerpos masculinos. Entre las ojeadas picaras y los intercambios de saludos casuales, la continuidad de la charla que manteníamos con mi amiga fue decayendo, y nos dedicamos a contemplar y emitir comentarios sobre los chicos y chicas que había cerca nuestro. Vuelvo a repetir, que la playa era nudista y salvo yo, mi amiga y algunos mas, el resto andaba totalmente desnudo. Por la tanto, había mucho que mirar y que comentar.
Aburrida de la posición “sentada”, me pare y me dirigí hacia unas lonas sobre la arena que permitían que te broncees de ambos lados. Pensé que era una excelente oportunidad para lucir mi cuerpo aun teniendo la ropa puesta. Desde esta posición podía ver a los sufistas y nadadores, que por atrás de la rompiente pasaban a cada rato.
Cada vez llegaba más y más gente y automáticamente se desnudaban o que ya llegaban desnudos. Yo me sentía un poco incomoda, así que me paré y me puse a hacer un poco de topless….no podía ser menos que el resto.
Mi amiga no para de reírse y de decirme que ella ni loca lo hacia, así que “la tome de la mano” y la llevé al agua para refrescarnos a ver si así se relajaba un poco. Y allí estábamos las dos, con el agua al cuello, tonteando, utilizando las “gestures” (gestos) y riéndonos como locas. Quisimos probar si las olas animaban a los avatrs de alguna manera o si se podía interactuar con ellas, pero… o no se podía o no lo supimos hacer.
Caminos mar adentro, a unas camas flotantes y nos acostamos sobre llas para secarnos y tostarnos un poco mas. Cerca nuestro, en una rueda de goma, flotaba una chica italiana con un cuerpo espectacular. Nos dio charla un rato largo y parecía atraída por alguna de nosotras mmm… o por ambas! La cosa no quedó clara y no pasó a mayores.
Nos despedimos y volvimos a tierra firme.
Fuimos hacia el bar de la playa en busca de “free drinks” y enseguida volvimos para la costa.
El panorama había cambiado. Estaba lleno de gente por todos lados, no había lugar donde sentarse o recostarse. El calor, el alcohol y los cuerpos desnudos por doquier, fueron un cóctel explosivo!!! Obligué a mi amiga a sacarse el pareo, y con un poco más de esfuerzo logre que se sacara la parte de arriba del bikini; y nos sumergimos al medio de esa marea humana que se había formado, como una fiesta ¡llena de músicos!Al instante la perdí de vista, los IMs y los coqueteos eran incesables y debo confesar que me olvidé de ella y sin darme cuenta empecé a socializar con todo lo que había a mi alrededor. Conocí mucha gente, y en especial una persona que me gustó muchisimo…
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texto enviado por: Florenica Rey
Edicción: Miguel Greski
Fotos: Antonella Artaud
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