-Muchos buscan en SL lo que han perdido en el otro mundo… o tal vez lo que allí nunca tuvieron, le dije a Sven. Veníamos desde el amanecer deleitándonos con buen vino y comiendo un queso muy gustoso, henchido de prims. -Cuéntame como es eso, dijo. Apoyó su guitarra entre las piernas, dio vuelta la silla para sentarse al revés, (genial invento de Pillow Talk, en Scenic Hills) y ladeó la cabeza a un costado. Para escucharme. Porque Sven Olbers, aparte de ser un músico con talento y garra, es un buen escuchador, condición que tienen poquísimos avatares.
Para mi fue un privilegio esta larga, mansa, inteligente conversación. -Cada uno busca en este mundo lo que se le ha negado o que ha perdido en el otro, le respondí. En este mundo feliz, metaverso donde todo puede darse, no es difícil encontrar lo que se busca. Es aquí donde uno puede hallar lo que anheló con ferocidad. Fijáte Sven, que encontré señoras convertidas en putas, y que al mejor estilo Belle du Jour entran en SL cuando los real husb están ausentes. Ganan sus buenos linden con artes exquisitas. Y también hallé putas trocadas en reinas, y no es que “juegan” a serlo. Lo son. Caminan altivas bajo sus coronas. Han vuelto a nacer, y en cuna de oro.
Hallé hombres que pasean desafiantes su avatar femenino. Aquí pueden. Se muestran. Aquí sí, todos podemos todo. Tener dos y tres avatares es no desesperar de siempre ser el mismo, de repetirse día tras día en el espejo. Los deseos se materializan, vuelven a tener diez y siete quienes pasaron los cincuenta, el aislado, el solitario está lleno de amigos, su pantalla es ametrallada a IM, las mujeres sin pareja pueden tener más maridos que Doña Flor, el torpe logra hacer su exquisito y bellísimo arte, y compone música el que no conoce las notas… Todos son hermosos. ¿Sabes? Hay que tener coraje para inventar un avatar bizarro, para afearse y salir de los parámetros de belleza con los que nos bombardean por los cuatro puntos cardinales en ambos mundos. .
Yo, que en esta SL ando mucho, porque soy curiosa y miro, encontré hasta ahora pocos casos de avatares que no sean jóvenes y bellísimos. Entre ellos, el delicioso avatar de Alix F., bajita y redonda como una pelota, graciosa, pendenciera, de nalgas enormes y piernas como torres. También con ella he conversado horas. Logró liquidar en un minuto mis quesos. (¡Eran virtuales!, lo que nadie pudo, ella sí: dejar la fuente vacía) -
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Le pregunté cómo era su aspecto en RL. Grave error. Me contestó, (probando ahora unos alfajores de membrillo que yo había puesto sobre la mesa), que ésa había sido una pregunta innecesaria. Y cambió de tema. Avergonzada, (realmente, qué pregunta estúpida) le ofrecí la ensalada griega con aceitunas negras y queso feta que tenía reservada para Matthaios Aquacade. Después de comerla a dos manos, Alix se metió en mi bañadera. Desbordaron las aguas como ríos, dejó hecho un trapo mi única toalla, y antes de terminar de secarse y paseando su monumental desnudez por la casa, se preparó un sándwich de dulce de leche y salamín mientras me explicaba con detalles la filosofía de su grupo, el BBW. Ajá. Digno de conocerse. A buscarlo en, Serch, abajo en sus pantallas. - -
Hemos hecho buenas migas, Alix y yo. Tan enorme ella, en cuerpo y alma. Pero salvo estas breves excepciones son pocos los avatares que salen de los parámetros joven/delgado/etéreo/inmortal. Sigo buscando, escarbando en SL como un entomólogo obsesivo, y no los hallo.
. Sven me escuchaba amorosamente abrazado a su guitarra. -Fijáte, Sven, que en general, cada uno busca lo que allá, en la RL, no pudo tener nunca. Y bajando la voz recité a Borges: . “Nadie pierde, repites vanamente, sino lo que no tuvo y no tendrá jamás” “Pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido…” Agregó Sven. “Un símbolo, una rosa te desgarran…” Dije yo. “Y te puede matar una guitarra.” Concluyó él. Sonreí.
. "Te puede matar una guitarra…", hermoso nudo de palabras para describir lo que hemos perdido. . -¿Y qué buscas tú?, ¿qué guitarra te mata? Me preguntó Sven. -Necesito hallar lo que ya no tengo. . No sus preguntas -sino su silencio- fue lo que me alentó a seguir. Tan plácidamente conversamos, que volvió a amanecer en SL y allí seguíamos, frente a frente, la mesa de por medio, la botella de vino que no se agotaba nunca, los vasos inclinados que no derramaban su contenido, el queso siempre en la fuente. Un delicioso Camembert de cabra que permanecía intacto, a pesar de que en RL, de este lado de las pantallas, ambos le sentíamos el sabor adentro de la boca, allá, en el fondo del paladar, justo en donde el cielo se junta con la tierra. . Siendo las 7 PM mías, 11 suyas, y las 2 en SL, nos despedimos en la puerta de mi casa con uno de esos hugs tiernos que se usan para estrechar entre los brazos a los amigos entrañables. Sven se alejó silbando junto al mar, mojándose los zapatos en las olas que iban y venían. Escuché que cantaba: . Doing the garden, digging the weeds, Who could ask for more Will you still need me, will you still feed me When I'm sixty-four…
. -¡Nadie tiene sesenta y cuatro en Second Life, Sven! ¡En esta realidad todo se puede!, alcancé a gritarle antes de que levantara vuelo sobre las palmeras y desapareciera en un horizonte por siempre sin nubes.
. Lilu Deluca.
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